La relación de Federico García Lorca con el flamenco, con lo ‘jondo’ y con la cultura popular, ha generado una gran atracción del mundo del flamenco por los textos del poeta y dramaturgo.
No hay duda de que García Lorca (1898-1936), de entre los llamados ‘poetas cultos’, es el que más vínculo ha tenido con el flamenco. Fue tanto su interés, que dedicó a este arte su volumen Poema del cante jondo (1921), en el que plasma el sentimiento de las seguiriyas, las soleares, las saetas o las peteneras, todo ello, géneros musicales y literarios del flamenco.
En Romancero gitano (1928), aunque no hay referencias directas al flamenco, Lorca se inspira en lo ‘jondo’ y en lo gitano.
Tanta fue su implicación, que Federico García Lorca organizó dos conferencias, Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz, llamado cante jondo (1922) y Juego y teoría del duende (1933), a través de las cuales desarrolló su propia creencia estética de lo ‘jondo’.
Como consecuencia de este vínculo del poeta granaíno con lo ‘jondo’, el mundo del flamenco se ha visto siempre atraído por los textos de Lorca. Este interés nace con la grabación de canciones populares por parte de ‘La Argentinita’ junto al propio Federico, algunas de las cuales fueron adaptadas posteriormente por Pepe Marchena o ‘La Niña de los Peines’. Pero los artistas que más han bebido de la fuente lorquiana son, indudablemente, Enrique Morente y Camarón de la Isla.
Camarón adapta varios poemas de Lorca en La leyenda del tiempo: Mi niña se fue a la mar, Romance del Amargo, Homenaje a Federico, Nana del caballo grande y el del título del disco. Siguiendo la tendencia, en Soy Gitano se incluyen Romance de Thamar y Amnón, Casida de las palomas oscuras y una nueva versión de la Nana del caballo grande. En Calle Real adapta el Romance de la luna, luna.
Enrique Morente, allá por 1972, adapta por tangos en su obra El lenguaje de las flores fragmentos de Doña rosita la Soltera. Más tarde, en Omega y Lorca, adapta textos de Poeta en Nueva York. Por bulerías, en Negra, si tú supieras, y así hasta en innumerables ocasiones. Morente se convierte en un gran genio renovador del cante jondo.
La niñez de Federico García Lorca y el flamenco
Desde muy temprana edad, Lorca estuvo relacionado con el flamenco. En su casa de Fuente Vaqueros, Granada, oía los cantes y el zapateo del arte jondo. Su abuelo Baldomero García, gran aficionado al flamenco, hacía sus pinitos con el cante por jabeas, palo emparentado con las malagueñas, así como con canciones populares andaluzas.
La formación musical de Federico nace de la mano de su madre y su tía Isabel, con gran talento musical: cantaba, acompañada de la guitarra con gran afinación y una voz delicada.
En la Vega granaína, Lorca aprenderá canciones populares relacionadas con las tareas agrícolas o con las fiestas del campo, y de las niñeras aprendió nanas y otras músicas populares. Esto despertó en el joven Federico un gran interés por la cultura musical de la época, convirtiéndose lo popular en determinante en la obra del poeta. Federico García Lorca asume lo popular como esencia y lo engrandece a través de su propia creación artística. Los inicios de la relación de Lorca con el flamenco y los cantes populares dejan su impronta en poemas que posteriormente serán utilizados en Poema del Cante Jondo y en Romancero Gitano.
Federico comienza en 1909 su formación musical de la mano del pianista profesional y organista de la catedra, Eduardo Orense. Posteriormente, inicia su amistad con Manuel de Falla, que se instaló en Granada enamorado del romanticismo de la ciudad y de la Alhambra. Falla estaba investigando la tradición musical española, adaptándola e introduciéndola en su obra, como en Amor brujo. En la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde estudió derecho, conoció a personajes del mundo cultural de la época como Salvador Dalí, Luis Buñuel, Pedro Salinas o Maruja Mallo.
Pero, sin duda, su gran trabajo investigador llega de la mano de Ramón Menéndez Pidal. En 1920, éste llega a Granada e inicia a Federico a tomar notas de los romances orales, que seguían vivos entre los gitanos de la ciudad. Este contacto con los gitanos de los barrios de San Cristóbal y del Albaicín de Granada, hacen que Loca se interese por el cante jondo y comience su propia investigación en este arte que lo llevará a escribir Poema del cante jondo.
Fue en un viaje con Manuel de Falla a Sevilla y a Cádiz donde Lorca conoce a Pastora Pavón y a Manuel Torre, y de ahí surge la idea de organizar el Concurso de cante jondo de Granada, aunque posteriormente se dieron cuenta de que el Sacromonte de Granada no era la cuna del cante ‘jondo’, ni había mucha afición.
En definitiva, el interés que Lorca presentó por el flamenco a lo largo de su vida lo llevó a inspirarse de este arte, así como diversos artistas del cante y el baile se han inspirado en este poeta para la realización de su obra.