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Curro Albaicín, leyenda del Sacromonte y referencia del flamenco de Granada
«Curro Albaicín ha dedicado toda su vida al flamenco y a su conservación histórica y artística».
Hablar de Curro Albaicín es hablar del Sacromonte y de su estrecha relación con el flamenco de Granada. Artista gitano, rubio y de ojos azules, ha dedicado toda su vida al flamenco y a su conservación histórica y artística.
Criado en las cuevas del Sacromonte, lleva el flamenco en su sangre. De ‘Los Cabrera’, una familia de tradición flamenca, se ha criado entre artistas de otras grandes familias como son los Heredia, los Habichuela, los Amaya, etc. Desde muy niño comenzó a trabajar en las Zambras del Sacromonte, donde trabajaba gran parte de su familia.
«La ciudad de Granada y el mundo del flamenco tienen una enorme deuda con Curro Albaicín».
Rodeado siempre de arte y de artistas del flamenco, Curro Albaicín va forjando su personalidad y su estilo, muy enraizado en la pureza del flamenco de Granada.
Después de las inundaciones de 1963, cuando el Sacromonte sufre una pérdida de identidad debido al éxodo de la población de ese barrio a otros de la periferia de Granada, Curro Albaicín se encarga de recuperar y conservar los bailes y cantes autóctonos de flamenco en Granada. Pero, no sólo rescata las Zambras del Sacromonte que estaban destinadas a desaparecer, sino que las lleva al resto del mundo en innumerables ocasiones, ya sea en giras por teatros o festivales.
La ciudad de Granada y el mundo del flamenco tienen una enorme deuda con Curro Albaicín: es la memoria viva del Sacromonte, conocedor de artistas que la historia no ha recogido y él se ha encargado de mantener vivas a través de libros, conferencias o documentales. Conocedor de múltiples anécdotas del camino del Sacromonte que, con su particular forma de expresarse, pícara y guasona, enriquece cualquier conversación ya sea de personajes del propio barrio del Sacromonte, o de personalidades del mundo de la realeza, la política o el cine que han visitado el Sacromonte en numerosas ocasiones.
Pero no solamente son su carrera artística o su aportación a la historia del flamenco lo que venimos a homenajear, sino una forma de vida, de manifestarse y de relacionarse con el mundo y con el flamenco. Curro ha exportado por Granada y por el mundo forma de vivir el flamenco y de expresarse, que han calado hondo tanto en personalidades de su época como en las sucesivas generaciones. Querido por todos, Curro Albaicín ha formado parte del desarrollo y crecimiento profesional de la mayoría de los artistas que ha aportado Granada al mundo del flamenco.
Embajador de Federico García Lorca, Curro Albaicín recita poemas del dramaturgo allá donde va. Encuentra en Lorca un mártir, un símbolo de la represión franquista y de la opresión. A Curro Albaicín no le ha sido fácil ser quien es: homosexual en plena dictatura. Es por ello que Curro es un gran luchador por la libertad y por la justicia. Y es por ello también que Granada está endeudada con él, porque el carácter que impregna cada rincón del Sacromonte no sería igual sin la enorme aportación de Curro Albaicín a la esencia del barrio y, especialmente, al flamenco de Granada.
