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Cantaores flamencos más importantes de la historia.

Cantaores flamencos más importantes de la historia.

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En este artículo queremos rendir homenaje a algunos de los cantaores más importantes de la historia del flamenco. Todos ellos han sido unos genios del flamenco, ya sea por su capacidad a la hora de cantar, por sus letras de flamenco, por su interpretación o por su estilo, marcando un hito histórico, una escuela o un estilo personal que ha influido en las generaciones posteriores.

Los 10 cantaores flamencos más reconocidos de todos los tiempos

Pastora Pavón – La niña de los Peines

nina de los peines
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Pastora Pavón, conocida como La niña de los Peines, es considerada la cantaora flamenca más famosa de la historia. Nacida en la Sevilla en 1890, provenía de una familia de cantaores: siendo los más conocidos sus hermanos, Tomás y Arturo Pavón.

Su extraordinario talento se destacó desde temprana edad, siendo su debut con tan solo ocho años junto a su hermano Arturo en la Feria de Sevilla, y a los trece años, actuando en Madrid en el Café del Brillante, lo que marcó el comienzo de su consagración como cantaora de flamenco.

Durante su carrera, estuvo vinculada a figuras como Manuel de Falla, Federico García Lorca y La Argentinita, a quienes conoció en su época de mayor éxito.

En 1922, Manuel de Falla y el pintor Ignacio Zuloaga la invitaron a participar como jurado en el Concurso de Cante Jondo de Granada. Durante ese tiempo, García Lorca la conoció y quedó profundamente impresionado por su arte. Lorca elogió su talento, describiéndola como ‘maestra de gemidos’ y una voz excepcional que rompía con las convenciones del canto flamenco.

Posteriormente, Pastora Pavón continuó actuando en diversas ciudades y grabó sus primeros discos en 1910. En los años cuarenta, la Niña de los Peines popularizó un cante que llamó ‘Lorqueñas’, posiblemente inspirado en la memoria de Federico García Lorca.

Durante la Guerra Civil, se refugió en Madrid junto a su pareja José Torres Garzón, conocido como Pepe Pinto. Después de la guerra, se unió a la compañía de Concha Piquer y se retiró temporalmente de los escenarios durante algunos años. Regresó en 1940 con el estreno en Sevilla de ‘España con su cantaora’.

La obra discográfica de La Niña de los Peines consta de 355 grabaciones con 258 cantes, y ha sido declarada Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Andalucía.

Manolo Caracol

manolo caracol
manolo caracol

Manolo Caracol, cuyo nombre real era Manuel Ortega, fue un reconocido cantor flamenco nacido en Sevilla en 1909 en el seno de una añeja dinastía a la que pertenecieron decenas de cantaores y toreros de renombre, como El Planeta, Enrique El Gordo Viejo, El Águila o su padre, Manuel Fernández, Caracol el del Bulto, lo que le permitió formarse en un ambiente propicio para su vocación.

Manolo Caracol comenzó su carrera muy joven y su primer triunfo fue con tan solo 11 años en el Concurso de Cante Jondo de 1922 de la Plaza de los Aljibes de Granada, organizado por Manuel de Falla, Ignacio Zuloaga y Federico García Lorca, entre otros.

En Granada, obtuvo el primer premio compartido con Diego Bermúdez, El Tenazas, un cantaor de 68 años natural de Morón. Caracol fascinó al jurado y al público por su cante y su juventud.

Después de su éxito en Granada, Manolo Caracol se unió a compañías de espectáculos y se presentó en el Teatro Reina Victoria de Sevilla y en el Teatro Centro de Madrid. En 1925 participó en otro concurso de cante junto a La Niña de los Peines, Pepe Marchena y El Cojo de Málaga. En 1930, se casó y grabó su primer disco.

Después de la Guerra Civil Española, formó parte del espectáculo «Cuatro faraones» junto a El Sevillano, Juanito Valderrama y Pepe Pinto. En 1943, comenzó una de sus colaboraciones más exitosas con Lola Flores, creando el espectáculo ‘Zambra’, basado en música de Quintero, León y Quiroga, el cual estuvieron representando hasta 1951.

Tras el final de su relación artística con Lola Flores, emprendió una gira por América junto a la bailarina y coreógrafa Pilar López Júlvez, hermana de La Argentinita. En 1963, fundó el tablao de Los Canasteros en Madrid, donde se dedicó por completo durante el resto de su vida y donde actuaron los artistas flamencos más renombrados.

En 1972, publicó su último disco y, al año siguiente, el 24 de febrero de 1973, falleció a causa de un accidente automovilístico cuando se dirigía desde su casa en Madrid a Los Canasteros. Su muerte causó una gran conmoción y se llevaron a cabo numerosos actos de reconocimiento y homenaje en su honor.

Camarón de la Isla

Camarón de la Isla, cuyo nombre real era José Monge Cruz, fue uno de los cantaores de flamenco más influyentes y revolucionarios de todos los tiempos. Nacido el 5 de diciembre de 1950 en San Fernando, Cádiz, España, Camarón provenía de una familia gitana con una larga tradición en el cante flamenco. Desde muy joven, demostró un talento excepcional para el cante, convirtiéndose en un prodigio infantil y comenzando su carrera artística a una edad temprana.

A medida que fue creciendo y desarrollando su estilo, Camarón mostró una extraordinaria habilidad para expresar las emociones más profundas a través de su voz. En la década de 1960, empezó a destacar en el mundo del flamenco y rápidamente se convirtió en una figura reconocida en el ámbito musical. Sin embargo, fue en la década de 1970 cuando Camarón comenzó a romper con los esquemas establecidos del flamenco y a revolucionar el género.

En colaboración con el genial guitarrista Paco de Lucía, Camarón introdujo innovaciones y fusiones musicales que dieron un nuevo impulso al flamenco. Juntos, crearon una estrecha relación artística y una complicidad única que les permitió explorar nuevos caminos y expandir los límites del género. Sus colaboraciones dieron lugar a álbumes históricos como ‘Canciones andaluzas para dos guitarras’ y ‘Al Verte las flores lloran’.

En 1979, Camarón lanzó su álbum más icónico y rompedor, ‘La leyenda del tiempo’. Este disco, producido por Ricardo Pachón, supuso una verdadera revolución en el flamenco al incorporar elementos de rock, jazz y música contemporánea. Aunque en un principio fue recibido con controversia y escepticismo por parte de los puristas del flamenco, con el tiempo se ha reconocido como una obra maestra y como uno de los álbumes más importantes en la historia del género.

A partir de entonces, Camarón continuó experimentando y explorando nuevos sonidos y estilos, buscando ampliar la audiencia del flamenco y acercarlo a un público más amplio. A pesar de las críticas y las resistencias, su carisma, su genialidad y su virtuosismo vocal le permitieron convertirse en una auténtica leyenda del flamenco y trascender las barreras culturales y geográficas.

Sin embargo, no todo fueron éxitos en la vida de Camarón. A lo largo de su carrera, luchó contra una adicción a las drogas que afectó su salud y su estabilidad personal. Además, en 1986 sufrió un grave accidente de tráfico que lo dejó temporalmente paralizado. A pesar de estos obstáculos, Camarón se recuperó y continuó su carrera, realizando giras y grabando nuevos álbumes.

Trágicamente, su vida se vio truncada prematuramente el 2 de julio de 1992, cuando falleció a los 41 años debido a un cáncer de pulmón. La noticia de su muerte conmocionó al mundo de la música y dejó un vacío irreemplazable en el flamenco. A pesar de su partida temprana, el legado de Camarón perdura hasta el día de hoy. Su influencia ha sido fundamental para el desarrollo y la evolución del flamenco, y su voz sigue siendo un referente inigualable para las nuevas generaciones de cantaores y aficionados al género.

Enrique Morente

Enrique Morente, cantaor de flamenco español nacido en Granada en 1943, es considerado uno de los principales renovadores del género. Comenzó su carrera artística a una edad muy temprana, cantando en tabernas de Granada, para luego trasladarse a Madrid durante su adolescencia para sumergirse en los ambientes flamencos de la capital. Allí aprendió de los antiguos cantaores, como Pepe el de la MatronaManolo de Huelva o Bernardo el de los Lobitos. En aquellos años, Enrique Morente era conocido como Enrique el Granaíno. A partir de la década de 1960, cuando comienza a debutar, adquiere fama como uno de los artistas más sólidos del flamenco joven y se va consagrando como uno de los cantaores flamencos más completos.

Su primera grabación fue ‘Cante Flamenco’ en 1969. Con un amplio registro vocal y una voz muy personal, va buscando nuevas formas para el flamenco en los estilos tradicionales. Apasionado de la poesía, incorporó textos de diversos autores españoles a su cante flamenco, como Miguel Hernández, Antonio Machado, Jorge Guillén, San Juan de la Cruz, Lope de Vega y José Bergamín. Incluso adaptó al flamenco algunas canciones del cantautor canadiense Leonard Cohen.

Compuso piezas para teatro, cine y televisión y, su versatilidad y creatividad le llevaron a realizar fusiones entre la música culta y el flamenco o, incluso con el rock, como el álbum ‘Omega’ que grabó en 1996 junto al grupo Lagartija Nick, que fusionaba estas disciplinas. En 1998, publicó ‘Lorca’, un tributo al poeta granadino Federico García Lorca. En ‘El Pequeño reloj’ (2003), puso voz a los poemas de Francisco de Quevedo, Gustavo Adolfo Bécquer y León Felipe, fusionándolos con ritmos tan dispares como los de la música sefardí, el jazz o las sinfonías de Ludwig van Beethoven. En septiembre de 2005, presentó un trabajo muy personal, ‘Morente sueña la Alhambra’, una visión poética y culturalmente rica del monumento nazarí y de las imágenes que le inspiraba la ciudad de Granada.

La trayectoria de Enrique Morente fue reconocida con diversos premios, como el Premio del Cante de la Cátedra de Flamencología de Jerez en 1972, el Premio Nacional de Música Popular en 1978 y el Premio Nacional de Música en 1995. Aunque su evolución fue considerada herética por algunos, su obra ejerció una fuerte influencia y contó con numerosos seguidores. Enrique Morente es uno de los cantaores flamencos que más ha contribuido a la renovación y apertura del flamenco sin perder sus elementos tradicionales.

Pepe Pinto

Pepe Pinto, cuyo verdadero nombre era José Torres Garzón, fue un reconocido cantaor payo nacido en Sevilla en 1903 y fallecido el 6 de noviembre de 1969 debido a una hemorragia intestinal. Contrajo matrimonio con Pastora Pavón, conocida como Niña de los Peines, en 1931 en el barrio de la Macarena de Sevilla.

Aunque no se dedicó profesionalmente al flamenco hasta 1927, Pepe Pinto realizó sus primeras grabaciones y giras artísticas poco después. La Niña de los Peines lo contrató para un espectáculo en el Teatro del Duque de Sevilla, donde también participaron Los Chavalillos Sevillanos, una pareja de baile formada por Rosario y Antonio. Pepe Pinto y Niña de los Peines recorrieron España junto a un grupo de ópera flamenca organizado por el empresario Vedrines en 1932, y repetirían la gira en 1935 con la colaboración de Pepe Marchena, y en años posteriores con otros artistas como El Sevillano y Canalejas de Puerto Real.

A partir de 1939, Pepe Pinto continuó realizando giras por toda España con distintos conjuntos artísticos. En 1940, participó en la función andaluza ‘Las calles de Cádiz’ protagonizada por la cantante Concha Piquer. Durante varios años presentó su espectáculo ‘Solera de España’ en los principales teatros, estrenando en 1949 ‘España y su Cantaora’ donde reapareció Niña de los Peines. En la década de los cincuenta, sus espectáculos incluyeron títulos como ‘Del Corazón a los Labios’, ‘Escalera de Canciones’ y ‘Así Canta Andalucía’, y en los sesenta presentó ‘Ronda de domingo’, «¡Tele y ele!’ y ‘Coplas y toros’, en la mayoría de ellos acompañado por La Niña de Antequera y Juanito Valderrama.

Pepe Pinto se destacaba por poner alma y sentimiento en todos los cantes, llegando incluso a llorar en algunas ocasiones mientras cantaba. Su estilo gustaba por su forma grandiosa de interpretar. Era reconocido por su versatilidad en el repertorio y su habilidad para transmitir emociones a través de los cantes básicos, así como por sus fandangos personales y canciones aflamencadas. Además, se hizo popular por incluir recitados en algunas de sus creaciones.

A lo largo de su carrera, Pepe Pinto fue bien recibido en diferentes lugares de España, ganándose el reconocimiento como un gran maestro del cante. También fue conocido por su amistad con otros cantaores destacados de la época. Pepe Pinto supo comercializar sus discos, al igual que otros artistas como Juan Varea y Manolo Caracol, para asegurar su sustento económico, aunque lo más importante era su habilidad para cantar bien y transmitir el cante a los verdaderos aficionados.

Rancapino

Rancapino, nombre artístico de Alonso Núñez Núñez, es un reconocido cantaor nacido en Chiclana de la Frontera (Cádiz) en 1945. Descendiente de una familia de renombre en el flamenco, es nieto de ‘La Obispa’ y hermano de ‘Orillo del Puerto’.

Rancapino comenzó su carrera cantando en La Venta Vargas, junto a la icónica figura de Camarón de la Isla, con quien mantuvo una profunda amistad, y bajo la tutela de Aurelio de Cádiz. Posteriormente, actuó en tablaos de Madrid y realizó giras por Francia y Japón. El cantaor reconoce a Manolo Caracol y a Camarón como sus máximas influencias en términos emocionales, mientras que a Aurelio de Cádiz lo considera su referente estilístico.

En 1977, Rancapino ganó el premio Enrique El Mellizo en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, lo que le permitió formar parte de los festivales flamencos andaluces, donde se ha consolidado como una de las principales figuras. También ha sido un indiscutible triunfador del Festival Flamenco de Madrid.

Su arte ha sido elogiado ampliamente por destacados críticos y estudiosos del flamenco. Rancapino atraviesa un momento artístico espléndido. Si bien es conocido por su extraordinario talento para interpretar siguiriyas, soleares y malagueñas, el taranto también ocupa un lugar destacado en su repertorio. La Peña Flamenca El Taranto de Almería le otorgó el prestigioso Premio Lucas López, uno de los galardones más importantes del flamenco en la actualidad.

Después de más de veinte años sin lanzar un álbum, Rancapino ha publicado recientemente su nuevo disco, titulado ‘Rancapino’ (Turner Records), en el que cuenta con la excepcional guitarra de Paco Cepero. En este trabajo discográfico, se aprecia una vez más su cante puro y profundo, que se enraíza en las tradiciones más auténticas del flamenco.

La Paquera de Jerez

la paquera de jerez
la paquera de jerez

La Paquera de Jerez, nombre artístico de Francisca Méndez Garrido (1934-2004), fue una destacada cantaora española nacida en Jerez de la Frontera, Cádiz, una de las ciudades más prolíficas en cuanto a artistas del flamenco se refiere. Proveniente de la reconocida familia Méndez del barrio de San Miguel, La Paquera demostró desde temprana edad su talento innato para el cante flamenco.

Con una voz poderosa, carisma deslumbrante y gran habilidad para cautivar al público, La Paquera comenzó a deleitar a los espectadores a los diecisiete años. Posteriormente, se trasladó a Madrid, donde encontró su sustento en los famosos tablaos de la capital. Destacó en el emblemático tablao de Los Canasteros, propiedad de Manolo Caracol.

En su apogeo, fue considerada una de las figuras más prominentes del cante gaditano. Aunque se especializó en estilos como las bulerías y los fandangos, también brilló en los tientos, tangos, saetas y bulerías por soleá. Además de su destacada carrera en el cante, participó en numerosos espectáculos teatrales y incursionó en el cine. Entre sus reconocimientos se encuentran el premio Popular del Diario Pueblo (1964) y el Reina de la Bulería (1971).

En 2002, a la edad de 67 años, realizó un exitoso viaje a Japón, donde dejó una huella imborrable. Su experiencia en el país asiático fue documentada por el antropólogo y crítico flamenco Fernando González-Caballos, quien presentó el filme en el Festival del Cante de las Minas de La Unión.

Tras su fallecimiento, La Paquera recibió un emotivo homenaje póstumo, con cientos de seguidores y numerosos artistas que le rindieron tributo en su sepelio, destacando así la importancia y el legado de esta gran cantante jerezana.

El Torta

juan moneo el torta
juan moneo el torta

Juan Moneo Lara, conocido como ‘El Torta’, es un destacado cantaor nacido en Jerez de la Frontera, Cádiz, en 1952. Proveniente de una familia de reconocidos artistas, siendo hermano del también cantaor Manuel Moneo y tío de ‘El Barullo’ y la bailaora de nuestro tablao Gema Moneo, Juan Moneo lleva en su sangre el arte flamenco. Aunque muestra su preferencia por el cante en fiestas y peñas, más que por las grabaciones en estudio, ‘El Torta’ ha colaborado desde 1991 con la colección ‘Flamenco Vivo‘, siendo su álbum ‘Colores Morenos’ que lo presenta como cantaor solista.

Con una personalidad fuerte y bastante peculiar, ‘El Torta’ cuenta con numerosos seguidores que aprecian la espontaneidad de sus actuaciones en vivo, además de por su brillante voz y su sentido del ritmo y el compás. Destaca por su compromiso con el estudio del arte flamenco y la recuperación de estilos de cante que se habían perdido. En 1972, obtuvo el premio de Soleares en el Concurso de Mairena del Alcor, lo que demuestra su habilidad y dedicación al género.

El legado artístico de Juan Moneo ‘El Torta’, es admirado tanto por su autenticidad como por su contribución a la preservación y evolución del flamenco. Sus actuaciones en directo son una experiencia única y cautivadora para sus seguidores, quienes valoran su pasión y entrega al cante flamenco.

La Perla de Cádiz

Antonia Gilabert Vargas, más conocida como ‘La Perla de Cádiz’, fue una destacada cantaora gitana nacida en Cádiz en 1925 y fallecida en la misma ciudad en 1975. Su voz fue una de las más emblemáticas en el mundo del cante flamenco, destacándose en estilos como las alegrías, bulerías, soleares, tientos, tangos y saetas. Proveniente de una familia de grandes artistas, hija del guitarrista Juan Gilabert y la cantaora Rosa Vargas Fernández (Rosa la Papera), La Perla heredó el talento de sus padres y aprendió de ellos, así como de los maestros que la rodearon en su hogar.

Los padres de La Perla dedicaron su vida al flamenco, participando en reuniones, fiestas y actuando en los rincones más emblemáticos de Cádiz. Rosa la Papera ya gozaba de una excelente reputación en la ciudad, tanto así que la Niña de los Peines se negaba a cantar allí, argumentando que había una gitana a la que nadie podía superar, refiriéndose, por supuesto, a Rosa la Papera, madre de La Perla. La Perla heredó todo ese arte y lo demostró a lo largo de su exitosa carrera artística, siendo querida y admirada por todos los aficionados al flamenco, quienes apreciaban su forma única de expresar el cante con el sabor gaditano de su tierra.

En 1960, La Perla hizo su debut en el tablao Zambra de Madrid, compartiendo escenario con reconocidos cantaores como Manolo Vargas, Pericón, Rafael Romero, Juan Varea, entre otros, lo que le valió una gran popularidad. En 1962, obtuvo el Primer Premio de Bulerías en el Concurso Nacional de Cantes de Jerez, lo que le abrió las puertas de los tablaos sevillanos Los Gallos y El Guajiro. Un año después, regresó a Madrid contratada por Manolo Caracol para la inauguración de su propio tablao, Los Canasteros, donde compartió cartel con Fernando Terremoto y su sobrina María Vargas, acompañados por los guitarristas Melchor de Marchena y Paco Cepero.

En 1968, inauguró su propio tablao, la Venta Tablao (La Perla de Cai), ubicado en la carretera del Puerto de Santa María, Valdelagrana, un lugar donde se congregaban los mejores artistas de la época. A pesar de sus múltiples compromisos, La Perla siempre fue una embajadora de los cantes de Cádiz y regresó varias veces a Madrid junto a su inseparable esposo, Curro la Gamba. Lamentablemente, falleció siendo aún joven debido a un cáncer de pecho, dejando un legado invaluable en el mundo del flamenco.

Las hermanas Fernanda y Bernarda de Utrera

Fernanda y Bernarda de Utrera, dos cantaoras de flamenco gitanas, hermanas y solteras, quienes dedicaron sus vidas al cante jondo. Como representantes de la primera generación artística de los Pinini, una familia de carniceros de Lebrija, hicieron historia en el mundo del flamenco gracias a su casta, quejío, arte, estilo y, sobre todo, a sus magníficas voces.

Fernanda Jiménez Peña, nacida en 1923, y su hermana Bernarda, en 1927, poseían unas voces únicas y conmovedoras que transmitían el duende y el quejío característicos del flamenco, como se aprecia en su disco que lleva el nombre de ‘Quejió’. Aunque su padre, José, no veía con buenos ojos que sus hijas se convirtieran en artistas, temiendo ser considerado un mantenido, las hermanas Pinini se destacaron en el mundo del cante flamenco desde una temprana edad.

A medida que su reputación crecía, grandes figuras como Mairena, Manolo Caracol, Juanito Valderrama y Lola Flores deseaban conocer a las dos jóvenes con las mejores voces de Utrera. Su talento las llevó a triunfar en Nueva York en 1964, durante la Feria Mundial, lo que les brindó la oportunidad de participar en el álbum titulado ‘El flamenco de Manuela Vargas’ (1966), donde impresionaron con sus espectaculares tarantos y soleares.

Fernanda y Bernarda de Utrera representan lo mejor del flamenco, el arte y la fuerza unidos en un solo duende. Con su autenticidad y estilo único, son un claro ejemplo del mejor arte español, dejando un legado imborrable en la historia del flamenco.

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