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Conoce el origen de los bailes y cantes flamencos de Granada
La zambra gitana es un baile flamenco típico del Sacromonte de Granada. Su origen, como gran parte del flamenco, es un tanto incierto. La teoría más aceptada se refiere a un mestizaje de bailes moriscos con bailes propios de los gitanos, que los incorporaron a la celebración de sus bodas.
En cuanto a la terminología, parece ser que deriva de los términos ‘zamra’, que significa flauta, o ‘zamara’, que significa músicos.
El término zambra aparece citado ya en los siglos XVII y XVIII, junto a otros palos como los fandangos, la zarabanda o el zapateado. Estos bailes pertenecían a un entorno de la vida privada de los gitanos, pero en la segunda mitad del siglo XVIII, éstos lo llevaron a las cuevas del Sacromonte como espectáculo con un carácter turístico, para aquellos viajeros románticos que buscaban lo exótico y pintoresco.
Las bodas gitanas contaban con tres bailes principales: la cachucha, la alboreá y la mosca, junto a otros como los tangos o los fandangos del Albaicín, que completaban la escenografía. Cabe destacar que se bailaban descalzos, con una blusa atada bajo el pecho y una falda larga y con vuelo.
En su origen, según cuenta Curro Albaicín, una de las figuras más consagradas del flamenco sacromontino y una de las personas que más se ha preocupado de documentar y preservar toda la historia del pintoresco barrio, las zambras comenzaban con unos tangos y después venía la alboreá. Posteriormente, el ‘tango de la flor’ era el momento en el que la novia se presentaba a los asistentes. Después, el baile de las mujeres mayores y el ‘perdón de la novia’. La zambra continúa con los fandangos del albaicín y el baile del Petaco para finalizar con el baile de La Mosca.
La Alboreá:
También llamada, ‘arbolá’ y ‘albolá’, es un palo del flamenco que los gitanos de Andalucía reproducen en sus bodas. Con estrofas de cuatro versos, el compás se interpretá sobre el de una soleá ligera o bulerías por soleá.
La Cachucha:
También llamada ‘el perdón de la novia’, es bailado habitualmente por dos mujeres. Entre sus pasos destaca uno en el que una de ellas se arrodilla, como representación del momento en el que el casadero pide perdón a los padres de la novia por el rapto de su hija. Las parejas van bailando este baile en torno a los novios. Las letras no dicen nada del asunto en cuestión, y aún es incierto el por qué de la adaptación de estos bailes gaditanos a las zambras gitanas de Granada.
La Mosca:
Es la parte final de la boda. La parte más subida de tono y picante interpretada por, al menos, media docena de gitanas formando corro y girando a gran velocidad, e incluyendo en el baile a las niñas o las viejas de la celebración mientras gritan al mismo tiempo: ¡Mosca!, ¡Mosca!, ¡Mosca!.
Estos bailes regionales que se conservan y se protegen en el Sacromonte granaíno, fueron propuestos por el Ayuntamiento de Granada en 2019 para ser declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
