Granada ha sido y es una de las más importantes cunas de la historia del flamenco. De la ciudad de la Alhambra y del Sacromonte han surgido gran cantidad de artistas, muchos pertenecientes a grandes sagas de cantaores, tocaores o bailaores.
Cada artista ha aportado todo su talento y esfuerzo para hacer que el flamenco en Granada sea reconocido a nivel mundial como una de las ciudades clave en este arte, llegando muchos de ellos a ser reconocidas figuras en sus disciplinas artísticas. La mayoría de los que salieron de la ciudad adquirieron gran fama, y la historia del flamenco ha escrito largo y tendido sobre ellos, como la familia de los Habichuela, los Mayas, los Amayas, la Coneja, Manolete, Mario Maya, y un largo etcétera.
En este artículo pretendemos recoger algunos de los artistas que fueron olvidados por el flamenco o que no tuvieron tanta fama en la época, pero que fueron igual de importantes para el flamenco, en general, y para Granada, en particular.
María La Gazpacha
María ‘La Gazpacha’ nació en el Albaicín en 1902 y falleció en septiembre de 1961 en el mismo barrio de Granada. Proveniente de una destacada familia de artistas flamencos, los Amaya, era hija de Fernando Amaya y sobrina de Juan, Trinidad, Encarnación y Pepe Amaya. Además, era hermana de Paca y Pepa ‘Las Gazpachas’, y madre de la Nati y la Carmela. Su extensa familia incluía a sobrinos como Miguelones, el Pillín, la Pillina y la Manola, así como primos como Manolo y Pepe Amaya y Trinidad la Bizca.
Desde temprana edad, María se adentró en el mundo del flamenco, y a los 20 años participó en el Primer Concurso de Cante Jondo en 1922, donde se destacó y ganó un premio por su interpretación de bulerías y tarantas. Su talento la llevó a participar en la obra ‘El niño de oro’ junto a Aurora Redondo y Valeriano León, con la presencia de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Durante la función, la reina madre, doña Cristina, llamó a María ‘La Gazpacha’ al palco real y le consultó cómo se realizaban los caracoles dibujados en la cara. Con su ingenio característico, María respondió: ‘Con saliva nos los pegamos, majestad’. Esta ocurrencia hizo reír a los reyes, dejando una impresión duradera.
En 1929, María ganó el primer premio de saetas en la Exposición de Barcelona. Posteriormente, compartió escenario con figuras legendarias como Pastora Imperio y Carmen Amaya en la película ‘Marta de la O’, donde interpretó alegrías y los cantes propios de la zambra. Su talento la llevó a presentarse en prestigiosos Cafés Cantantes de España, como el Café de Chinitas en Málaga y La Montillana en Granada. Además, tuvo el honor de cantar para los reyes de Suecia y para Jorge V y su esposa en el Carmen de los Rodríguez Acosta.
Además de su destacada carrera artística, María era conocida por sus dichos y anécdotas graciosas. En una ocasión, mientras dormía en su casa, el cuadro de la Virgen de las Angustias que estaba colocado sobre su cama se cayó y le causó una herida en la cabeza. Cuando los vecinos del Sacromonte le preguntaron qué le había sucedido, María respondió con humor: ‘La Virgen de las Angustias me ha ‘herío». También actuó en la obra ‘Martinete’ de Álvarez de Cienfuegos en Madrid, en 1936, con la asistencia de figuras como Fernando de los Ríos y la Pasionaria.
María ‘La Gazpacha’ continuó participando en la zambra de su primo Manolo Amaya hasta una edad avanzada. Dominaba el pandero y las palmas de manera excepcional., además de bailar por bulerías como nadie. Siguió actuando en numerosos eventos del flamenco, como el Primer Festival de Música y Danza de Granada en 1952, donde tuvo el honor de actuar para personalidades como los reyes de Jordania, Eva Perón, Falla o Zuloaga. Incluso Ángel Barrios la contrató para cantar en el Palacio de Carlos V junto a la Niña de los Peines.
La Golondrina
María García Cortés Campos, conocida como ‘La Primera Golondrina’, nació en el Sacromonte en 1843 y falleció a finales de los años treinta en Granada. Desde sus inicios, destacó como bailaora en la conocida Zambra del Cujón. Su talento la llevó a traspasar fronteras, actuando en la Exposición Internacional de Londres y en la exposición de París de 1889 junto a la conocida Zambra de los Amaya.
Un hito destacado en su carrera fue su actuación para el rey Alfonso XIII en la inauguración del prestigioso Hotel Palace de Granada. José Carlos de Luna, en su libro ‘Gitanos de la Bética’, relata un memorable evento que tuvo lugar durante el Concurso de Cante Jondo de 1922. En las cuevas de los Amaya, en presencia de personalidades como Antonio Chacón, Ramón Montoya y la Argentina, quien trabajaba en un teatro de la ciudad, La Golondrina deslumbró a todos con su baile por soleá. La Argentina, una de las más destacadas bailaoras de aquella época, expresó su admiración diciendo: ‘Si yo pudiera ofrecerle al público lo que esta gitana nos está regalando, me sentiría plenamente satisfecha’. Más tarde se supo que aquella gitana era ‘La Golondrina’, una extraordinaria bailaora que cautivó al público de los cafés cantantes a finales del siglo XIX. ‘La Golondrina’ fue considerada una de las mejores bailaoras de Granada en su época, brillando especialmente en la interpretación de soleares y seguirillas.
Gracia del Sacromonte
Nacida en el Albaicín en 1939 y fallecida en el Zaidín en 1981, fue una de las más importantes artistas del flamenco en Granada. Desde muy joven, a los 9 años, comenzó a bailar en la zambra de los Amaya, formando pareja artística con Paco Amaya. Junto a José Greco, en 1953, recorrió América y Europa, acompañada por destacados artistas como Juan Maya, Bienvenido Maya, su abuelo Manuel y su tío Juan ‘El Ovejilla’ en la guitarra. Actuaron en ciudades como Filadelfia, Nueva York y Washington, recibiendo elogios de la prensa estadounidense, siendo Gracia descrita como ‘la figura más interesante y vibrante del espectáculo de José Greco’.
Gracia también colaboró con el reconocido cantante Valderrama en la película ‘El rey de la carretera’ en 1956, dirigida por Juan Fortuny. Además, junto a Valderrama, emocionó al público del Teatro Victoria de Madrid recitando un poema de García Lorca, dejando al teatro en pie. Con la compañía de Paquita Rico, recorrió España compartiendo su arte flamenco. Participó en la película ‘Tremolina’ dirigida por Ricardo Núñez en 1957 y en 1966, brilló en la película ‘El regreso de los Siete Magníficos’ dirigida por Burt Kennedy. Como primera figura, se presentó en la Sala de Fiestas de La Parrilla del Alcázar y en el prestigioso Corral de la Morería.
Gracia del Sacromonte realizó una gira por México y Canadá, junto a Joaquín Fajardo, Marote y Chiquito de Osuna. Su belleza también cautivó a pintores y fotógrafos, quienes la eligieron como modelo en numerosas ocasiones. Actuó en las películas ‘La cicatriz’ de Pedro Lazaga en 1969 y ‘Fortunata y Jacinta’ en 1970.
Se comenta en el Sacromonte un episodio memorable que ocurrió durante una actuación de una Zambra en la cárcel de la ciudad, cuando Gracia recitó un poema de Manuel Benítez Carrasco sobre Federico García Lorca, desencadenando un motín entre los presos.
Gracia del Sacromonte era hija de Paco el Quero y Gracia Hidalgo, nieta de Manuel ‘El Ovejilla’ y sobrina nieta de Juan ‘El Ovejilla’. Contrajo matrimonio con Domingo, sobrino de Greco y reconocido bailaor, con quien tuvo un hijo que continuó su legado artístico.
Gracia fue una artista excepcional que, lamentablemente, no tuvo la suerte que merecía. Con un gran corazón y una belleza deslumbrante, poseía un talento asombroso para el canto, el baile y la recitación. Su vida fue truncada prematuramente en su amada Granada, tal como ella había deseado.
Chata de la Jampona o La Cotorrera
Chata de la Jampona, también conocida como La Cotorrera, nació en 1850 y falleció en el Sacromonte en 1940. Desde sus inicios, destacó como bailaora en la reconocida Zambra de Cujón y posteriormente en la de los hermanos Amaya. Su talento la llevó a traspasar fronteras, actuando en Londres y en la Ópera de París en la exitosa obra ‘Carmen’ de Bisset y en ‘Andalucía en tiempo de los moros’. Diversos historiadores que visitaron Granada elogiaron el arte de La Jampona, y en el libro ‘Don Gitano’ es mencionada como la ‘Dama de la Montaña’. Tuvo el honor de bailar ante los reyes de España, Alfonso XII y Alfonso XIII, así como ante el rey Jorge V de Inglaterra. Reconocidos pintores como Rodríguez Acosta, Borquet o López Mezquita inmortalizaron su figura en sus obras.
Chata de la Jampona se presentó junto a la zambra de Cujón en varios homenajes en Granada, incluido el que se ofreció al famoso bailaor Calabacino. Además, participó con la Zambra de los Amaya en el Concurso de Cante Jondo de 1922, donde deslumbró con su interpretación de las soleares de arcas. La Chata de la Jampona, junto con La Golondrina, fue considerada una de las máximas exponentes del baile flamenco en Granada en su época. Permaneció en la Zambra de los Amaya hasta su fallecimiento a la edad de 90 años.
Su legado artístico también se extendió al cine, donde participó en películas como ‘El Dorado’ y ‘Pepita la Gitana’. Asimismo, destacó en obras teatrales como ‘El niño de oro’ de José María Granada y en ‘Martinete’ de Álvarez Cienfuegos, presentada en Madrid.
María La Carajarapa
María ‘La Carajarapa’, nacida 1917 en el Albaicín, y fallecida en noviembre de 1995, dejó una huella imborrable en el mundo del flamenco en Granada. Desde sus inicios, se destacó como cantaora en reconocidas zambras, como la de la Coja, la de Manolo Amaya o la Golondrina. Su talento trascendió a la pantalla grande, participando en películas como ‘María de la O’ y ‘Forja de almas’. Además, grabó fandangos del Albaicín en el disco producido por la Zambra de los Amaya, consolidando su presencia en la escena musical.
En 1934, María se unió a la compañía de Vicente Escudero y actuó en importantes ciudades como París, Biarritz y Nueva York con la obra ‘Amor brujo’. En la película de Carmen de Rosi, María interpretó el papel de la esposa de Enrique el Cojo, dejando una impresión duradera en la industria cinematográfica. Madre de la conocida bailaora granadina, Mariquilla, actuó junto a ella en los tablaos flamencos que regentó, como Jardines de Neptuno en Granada o El Jaleo en Torremolinos. Además, la acompañó en una gira por Alemania, interpretando obras como ‘El Sacromonte y yo’, creada por Mariquilla.
Además, participó en diversos espectáculos, como el de Curro Albaicín, y actuó en la película ‘Amor brujo’ dirigida por Saura. También dejó su huella en eventos flamencos de renombre, como la Cumbre Flamenca de Madrid y la Bienal de Sevilla y Córdoba. En Granada, actuó en los más destacados lugares como el Palacio de Congresos y el Teatro Isabel la Católica. Su talento también se plasmó en grabaciones de programas de televisión, dejando testimonio de su arte para las generaciones venideras.