El Albaicín: historia y rutas

El Albaicín es el barrio más antiguo de la ciudad de Granada. Para conocer su origen, debemos remontarnos varios siglos atrás, concretamente a la época musulmana. Durante el periodo de tiempo que estuvieron los musulmanes en el Reino de Granada, construyeron una serie de fortalezas y viviendas en la colina de enfrente a la de la ‘Sabika’, es decir, la colina sobre la que se construyó la Alhambra. Por tanto, una de sus principales funciones era la ubicación estratégica.

Más tarde, tras la reconquista en el año 1492, en este barrio convivieron las tres culturas: cristianos, judíos y musulmanes, y es que en Granada se tuvo cierta tolerancia en cuanto a la religión y la cultura de cada persona. Casi 100 años después, esto quedó para la historia, ya que los moriscos (descendientes de los musulmanes convertidos al cristianismo) fueron expulsados del barrio, así como de Granada, y marcharon hacia las Alpujarras, con la esperanza de no ser perseguidos. El barrio del Albaicín quedó despoblado de estas gentes, pero los pocos habitantes que vivían en él, fueron las familias gitanas que llegaron durante el siglo XV por causa de las migraciones. Por tanto, podemos decir que el Albaicín fue un punto de encuentro cultural, donde varias comunidades coexistieron a la vez, fluyendo así un tránsito de conocimiento y arte.

Estos encuentros culturales, están vinculados con el nacimiento del flamenco, y es que además del barrio del Sacromonte, el Albaicín tiene mucha tradición con este arte. Cuenta con lugares y familias muy relacionados con el flamenco, como es el caso de la familia Morente, la cual a día de doy siguen viviendo en el barrio. Podemos destacar la casa natal de Enrique Morente (1942-2010) que se encuentra en la cuesta de San Gregorio, la cual actualmente es un alojamiento turístico, pero no deja de ser un lugar con duende y encanto, ya que es un palacete del siglo XX que ha sido restaurado respetando las características del barrio.

Por otro lado, podemos hablar de la figura de Jaime ‘El Parrón’, padre de la cantaora Marina Heredia, muy vinculados también a la Peña ‘La Platería’. Esta última, es la peña decana de toda España, fundada en el año 1946 y ubicada actualmente en la albaicinera Plaza de Toqueros, 7. Las primeras reuniones de aficionados del flamenco que dieron lugar a esta peña, se daban en el taller de platería de Manuel Salamanca Jiménez, en la calle San Matías, que más tarde se trasladó a donde está a día de hoy, en un precioso carmen en el barrio del Albaicín.  

Finalmente, tras años de abandono por parte de las autoridades competentes, en el siglo XX se llevó a cabo una labor de restauración del barrio, llevando a su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1994.

¿Qué puedo conocer del Albaicín?

Entre iglesias y palacios, entre cipreses centenarios y fuentes, siempre vas a poder encontrar un hueco que te haga admirar la Alhambra, y es una de las grandes maravillas de este barrio. Y, hablando de iglesias, podemos ver que el barrio en realidad se divide en dos: Bajo Albaicín, donde podemos encontrar la Iglesia de San Miguel Bajo; y el alto Albaicín, coronado por la iglesia de San Miguel Alto, lugar desde el cual puedes ir a ver la puesta de sol con la Alhambra, Granada y Albayzín como vistas.

Ruta por el Bajo Albaicín

Es un lugar lleno de leyendas, calles estrechas que se conectan unas con otras mediante plazas, aljibes y cármenes. La mejor forma para conocer este entresijo de calles es hacerlo a pie para así también poder fijarse en todos los detalles que esconde cada esquina. Podemos comenzar esta ruta desde la calle calderería nueva, dirigiéndonos por la carrera del Darro, comúnmente llamado Paseo de los Tristes, ya que antiguamente era el camino que llevaba al cementerio de San José.

La calle calderería nueva, es, junto a la Alcaicería, el pequeño zoco árabe que tenemos en Granada, una calle con un encanto único llena de pequeñas tiendas y teterías.

La Real Chancillería, institución a deseo de los Reyes Católicos con el fin de ennoblecer la ciudad de Granada y castellanizarla, aunque no fue hasta tiempos de su nieto Carlos V que mandó construir este elegante edificio renacentista. A su lado, la Iglesia de San Gil y Santa Ana, trazada por Diego de Siloé sobre una vieja mezquita, otro símbolo de victoria y sometimiento del cristianismo.

Tras esto, comenzamos la ruta a los pies del rio Darro, esta preciosa calle, se lleva toda la atención de los visitantes. Aquí podemos encontrar El Bañuelo, unos baños árabes que se encontraban dentro de las murallas de la granada zirí. Otra ruta que incorpora el Bañuelo es la Dobla de Oro. Justo enfrente de los baños, tenemos los restos de lo que fue el Puente del Cadí, una de las principales vías que conectaban el barrio con la Alhambra.

Subiendo por unas de las callecillas trasversales a la carrera del Darro, concretamente por la calle Concepción de Zafra, llegamos al Monasterio de la Concepción de estilo barroco, al recién reconstruido Maristán Nazarí, que fue un hospital para pobres. Entre estos dos lugares, recomendamos visitar la tetería El Bañuelo, una de las más bonitas por sus vistas directas a la Alhambra.

Partiendo de aquí, recomendamos ‘perderse’ entre las calles, donde os podéis encontrar cármenes, placetas con encanto y muchos miradores. Destacamos, por ejemplo, la Iglesia de San Nicolás, donde a sus pies podemos encontrar uno de los miradores más conocidos de la ciudad, el mirador de San Nicolás con unas vistas directa hacia la Alhambra y a toda Granada; el Palacio de Dar al-Horra, que formó parte de un palacio zirí y como curiosidad, fue llamado así porque fue la residencia de Aixa al-Horra, madre del último emir granadino, Boabdil. Así como el Monasterio de Santa Isabel La Real.

Ruta por el Alto Albaicín

Partiendo esta vez, de la Placeta del Cristo de las Azucenas, en pleno centro del barrio, conocida popularmente como el Huerto del Carlos, nos disponemos hacia Plaza Larga. Para llegar a este lugar, tenemos que pasar por la Puerta de las Pesas, que formo parte de la muralla que cercaba la alcazaba qadima. Paso a ser una de las entradas más importantes tras la expulsión de los moriscos, siendo esta plaza lugar donde se encontraban las carnicerías y mataderos independientes de los demás que se encontraban en la parte baja de la ciudad. La dirección que tomamos desde aquí, es para San Miguel Alto. Para ello tenemos que ir por la cuesta de San Gregorio, donde podemos ir viendo aljibes, depósitos para almacenar el agua que venia de la acequia de Aynadamar y así poder abastecer de agua al barrio, como el Aljibe de paso de San Gregorio. Así como pequeñas plazas, parte de la muralla de San Miguel, y cuevas donde sigue viviendo la gente a día de hoy.

En definitiva, el Albaicín es un lugar para perderse, descubrir lugares recónditos donde poder ver la Alhambra desde la puerta de un carmen, buganvillas que florecen y dan un color inigualable junto al fresquito de sus calles. Gracias a su historia, sus gentes, su arte y su cultura, es un lugar inédito que solo existe en Granada.