Entre la realidad y el mito se encuentran numerosas historias que envuelven al flamenco, y es que este arte, fruto del mestizaje de diversas culturas y de la influencia de diferentes formas musicales y expresivas, es todo un mundo en el que merece la pena adentrarse.
El flamenco, un género musical con siglos de antigüedad y con información escasa en ciertos períodos históricos, y ha evolucionado a lo largo de los años dando lugar a una gran cantidad de curiosidades. Muchas de estas curiosidades son tan insólitas como ciertas. A continuación, detallaremos ocho de las más interesantes. ¿Las conocías?
Los 8 curiosidades más fascinantes del flamenco
El origen del término ‘flamenco’ es desconocido
El origen de la palabra ‘flamenco’ sigue siendo un misterio. Aunque ha habido numerosas teorías al respecto, ninguna ha sido respaldada de manera concluyente, o no se poseen datos suficientes como para afirmarlo. Una de las teorías más extendidas, a pesar de las objeciones de algunos estudiosos, es la que propone Blas Infante en su libro ‘Orígenes del flamenco’. Según esta teoría, el término provendría de ‘Felah-mengus’, que significa «campesino errante» en árabe. Otros la relacionan con la antigua región de Flandes. También hay quienes piensan que los gachós (no gitanos) llamaban ‘flamencos’ a los gitanos, sin explicar claramente el origen de este término. Además, algunos creen que proviene del argot utilizado a finales del siglo XVIII y principios del XIX para referirse a todo lo ostentoso, pretencioso o fanfarrón. Hasta ahora, nada se ha esclarecido.
Influencias de más de diez estilos musicales diferentes
El flamenco bebe de diversas fuentes musicales, incluyendo la música sefardí y el folclore gitano como dos de sus raíces fundamentales, además de la música morisca. También se refleja la influencia de la música castellana en muchas de sus letras, así como el folclore andaluz. Se han incorporado sonidos latinos, como bien se aprecian en diversos palos del flamenco llamados de ida y vuelta, como la guajira, la rumba, la vidalita o la habanera. Además, la música popular gallega y asturiana ha dejado su huella en el flamenco, como se puede apreciar en algunos palos del flamenco como la farruca, la montañesa y la praviana. Incluso los cantes relacionados con las labores del campo tienen su lugar en el flamenco. Esta amalgama de influencias ha dado lugar a un estilo de canto que nunca está completamente definido y que continúa interactuando con otras corrientes y estilos, como el bolero, el jazz, el blues, el rock o la música electrónica. El flamenco se apropia y transforma todo lo que toca.
Los intérpretes tradicionales del flamenco no eran profesionales
La mayoría de los grandes artistas del flamenco de épocas pasadas no eran profesionales, o al menos no lo eran en el sentido estricto, sino que tenían otros oficios para ganarse la vida. Antes de la profesionalización que se produjo con el auge de los tablaos, el flamenco no gozaba de un estatus reconocido. Fue gracias a figuras destacadas como la de La Niña de los Peines o Antonio Chacón que este arte pudo avanzar y ganar reconocimiento. Por ejemplo, Tío Luis de la Juliana, considerado el primer cantaor flamenco de todos los tiempos, era aguador. Después de él, se sucedieron una gran cantidad de artistas de enorme influencia que no se dedicaban exclusivamente al cante, sino que tenían otras ocupaciones, como la venta y reparación de zapatos, el comercio, la pesca, la fragua, entre otros.
Fuerte presencia internacional
El flamenco tiene una fuerte presencia en muchas partes del mundo. Por ejemplo, los teatros más prestigiosos de Nueva York cuentan en su programación con el flamenco, desde el más purista al más vanguardista. Japón, otro curioso ejemplo, tiene una afición al flamenco sin igual, contando con importantes tablaos flamencos en territorio nipón donde actúan tanto artistas locales, como otros artistas flamencos que viajan desde España para actuar allí. Incluso, muchos matrimonios entre españoles y japoneses han surgido a raíz del flamenco.
En las últimas décadas, la riqueza del flamenco ha encontrado su lugar en los coliseos de las ciudades más importantes del mundo, y es que este arte trasmite desde lo más profundo, a través del toque de la guitarra, el cante o el baile flamenco.
Rechazado por los intelectuales La Generación del 98
Con la excepción de los hermanos Machado y Álvarez Quintero, la llamada generación del 98, integrada por intelectuales como Unamuno, Valle Inclán o Ángel Ganivet, cultivó un sentimiento antiflamenco. Asociaban la existencia de esta música, así como otras costumbres populares andaluzas, con la decadencia del país. El flamenco fue acusado de ser responsable de todos los males patrios: pérdida de valores, desorden laboral, exceso de fiestas y primitivismo. ¡Incluso llegaron a considerarlo lo peor de Europa!.
Atraído por los intelectuales de la Generación del 27
Posteriormente, llegó la Generación del 27, que supo admirar y tomar el flamenco como fuente inagotable de inspiración. Destacados nombres como Federico García Lorca o Alberti se destacaron en este aspecto. También debemos mencionar a Fernando Villalón, Edgar Neville, así como a personalidades como Picasso y Hemingway. Hemos de recordar, que el Concurso de Cante Jondo de 1922 fue creado por intelectuales, y a éste acudieron numeras personalidades del mundo del arte y la cultura. Esta generación marcó un antes y un después en la percepción del flamenco a nivel mundial.
Los motes en el flamenco, una gran fuente de ingenio
El propio contexto en el que se desarrolla el flamenco, lleno de elocuencia y gracia popular, ha dado lugar a numerosos apodos divertidos. Por ejemplo, Gordito de Triana era conocido por ser extremadamente delgado, mientras que La Contrahecha, un icono del destape en los años 70, era una belleza auténtica. En el ámbito del cante, figuras como Camarón y El Cigala son reconocidos. También existen apodos que no son necesariamente insultos, como el caso de El Capullo de Jerez, cuyo nombre se refiere a una flor que no ha florecido. Por otro lado, algunos apodos podrían considerarse insultantes, como el Loco Mateo o La Chunga. Por último, hay apodos que son meramente descriptivos, como Enrique El Cojo, Chocolate, Luis El Elegante y El Guapo de Jerez. En definitiva, la creatividad y el ingenio están presentes en el mundo de los apodos del flamenco.
Guitarristas que tocan de oído
Paco de Lucía, máximo referente de la guitarra flamenca, no sabía leer música en el pentagrama. Por esta razón, tuvo que memorizar todo el ‘Concierto de Aranjuez’ antes de interpretarlo, al igual que uno de sus discípulos destacados, Tomatito. La tradición oral tiene un papel trascendental en la formación de los artistas del flamenco. Algunos de ellos son maestros y otros, auténticos genios. Sin embargo, en la tradición flamenca antigua, no era común estudiar partituras, por lo que desarrollaron sus carreras en condiciones que son exclusivas del flamenco. El flamenco es un arte complejo que a menudo trasciende las notas escritas. Hoy en día, la situación ha cambiado y la mayoría, que no todos, se preocupan por formarse en el aspecto teórico de la música.